A los trabajadores del antiguo Ingenio Ecudos les que ha quedado solo promesas y recuerdos. En su memoria está, por ejemplo, la visita de Rafael Correa a la zafra en La Troncal, donde está ubicada la empresa. Fue el 22 de julio de 2008 cuando el entonces Primer Mandatario llegó para inaugurar la cosecha de la caña de azúcar. Dio el primer machetazo. Apenas habían pasado 15 días de la incautación de las empresas a los hermanos Isaías, uno de los grupos económicos más grandes del Ecuador, para cobrarles una deuda millonaria por la crisis bancaria. Lanzó ofertas a los jornaleros que se dedican a uno de los oficios más forzados del campo. En el Ingenio —que es el nombre que se le da a las haciendas coloniales dedicadas a la producción de azúcar—, Correa animó a los trabajadores a que se organicen para que sean accionistas de la empresa para cuando esta sea subastada. Les ofreció créditos para que pudieran quedarse con la ‘joya de la corona de la Isaías’, como se conoció a la valiosa empresa.
Un extrabajador de Ecudos en las afueras de la empresa que enfrenta reclamos por mejoras salariales, utilidades y liquidaciones.
Fotos: Luis Argüello
La idea parecía que iba a madurar. La desaparecida Agencia de Garantía de Depósitos (AGD) se hizo cargo de la empresa. Con su extinción pasó a ser administrada por un fideicomiso con un pomposo nombre ‘AGD-CFN No más Impunidad’. Los trabajadores empezaron a agruparse y recolectar sus documentos. Aproximadamente el 70% de quienes pertenecían al Comité de Empresa le interesó ser accionista. Es decir, aproximadamente 2.000 personas. Empezaron un registro con su copia de cédula y papeleta de votación para aplicar a un posible préstamo de la Corporación Financiera Nacional (CFN).
Correa inauguró el 22 de julio de 2008 la zafra en Ecudos. Fue la primera vez que ofreció la empresa a los trabajadores. Foto: El Universo
Pero durante ese proceso, los mensajes se volvieron contradictorios. En su enlace semanal, del 3 de septiembre de 2011, Correa dijo: “¿Ustedes si recuerdan a quienes le regalaron ese Ingenio? A los Isaías, por 100.000 dólares. Se ha rescatado y mejorado la utilidad, se va a vender el Ingenio Ecudos, el 30% de las acciones serán para los trabajadores”. Pero el 14 de abril de 2012, cambió su ofrecimiento: “Hasta (haciendo énfasis en esa palabra) el 30% lo compren los trabajadores, pequeños inversionistas, ciudadanos de la propia localidad del cantón La Troncal”.
Entrada a la empresa. Los predios están permanentemente vigilados.
Finalmente, el Gobierno hizo el anuncio de haber entregado 12,4% de las acciones a los trabajadores organizados en tres empresas. El diario estatal El Telégrafo lo dio por hecho. El 9 de septiembre de 2012 reportó que los empleados accedieron a un préstamo de la CFN. “El paquete accionario tiene un valor de $ 23’703.640,63. De la empresa Podec se inscribieron 441 trabajadores, quienes obtuvieron el 2,25% de dicho paquete, de Sacorpren se registraron 714 empleados, a quienes se les asignó el 4,48% y, finalmente, son 861 trabajadores de EQ2 quienes tienen el 5,67%”, informó.
Pero eso nunca se cumplió. Agueda Cagua, extrabajadora de la empresa, dice que de ese acto solo quedó una fiesta. Pedro Delgado, como presidente del Fideicomiso AGD-CFN, suscribió el supuesto convenio. Lo hizo en el sector de Las Maravillas donde trabaja el grupo de discapacidad, que hace los uniformes para el personal del Ingenio. Delgado —según Cagua— mostró un documento, al que los trabajadores nunca accedieron. Lo declararon persona no grata y nunca volvieron a saber de Delgado. Dos meses después el también primo de Correa renunció a la función pública en medio del escándalo por la falsificación de su título de economista. Huyó a Estados Unidos y hoy es prófugo de la justicia.
¿Una venta o un regalo?
“No ha habido un Gobierno con tanta conciencia social, con tanto compromiso con los trabajadores”, dijo Correa sobre la venta de la empresa que finalmente pasó a manos privadas. En medio de los reclamos de los trabajadores, el 70% del Ingenio fue vendido al Consorcio Azucarero Ecuatoriano, liderado por el Grupo Gloria de Perú, en 2011, en 133,8 millones.
No faltaron las denuncias. El primero en señalar irregularidades fue el exasambleísta Cléver Jiménez. En 2014, dijo que la empresa fue valorada en 249,5 millones de dólares en 2010 y luego hubo un descuento del 20% porque en la primera subasta no hubo compradores. El precio quedó en 199,6 millones. Tres años después, la empresa —sin aparente explicación— costaba 407 millones. Afirmó que esa nueva valoración perjudicaba a los trabajadores que aspiraban al 30% de las acciones pues “debían pagar más de lo que Gloria pagó por el 70%”.
Esa denuncia se basó en un examen de la Contraloría de 2013. En ese informe consta que Delgado invitó directamente al Grupo Gloria a participar en la subasta, saltándose la normativa. La empresa no fue evaluada y tampoco hubo un informe de idoneidad. Pero el señalamiento más grave fue al contrato de la compraventa del 70% de las acciones. Delgado y Camilo Samán, presidente de la CFN, aseguraron que el grupo peruano hizo la cancelación del 10% del Grupo Azucarero EQ2 S.A. en efectivo. Delgado mediante una resolución allanó el camino. Pero el reporte de la Contraloría confirmó que el pago total de EQ2, como se pasó a denominar, se hará con Certificados de Pasivos Garantizados (CPG) a 15 años plazo.
En otras palabras, en la venta de la empresa hubo únicamente papeles. Así lo resume Cristóbal Buendía, exabogado de los trabajadores. Él recuerda que un año antes del informe de la Contraloría, la mentira fue repetida por Correa. En la sabatina de 2012, el entonces mandatario hizo su análisis: aseguró que el Ingenio valía cerca de 200 millones. Si los trabajadores aspiraban al 30% debían pagar 60 millones. “Estamos dispuestos a financiar eso, pero que nos demuestren que lo pueden pagar y que pueden poner una contraparte, al grupo Gloria la CFN le dio un crédito para que pueda pagar con los dividendos, sí, pero pusieron 20% en efectivo”. En los archivos del jurista reposan varios documentos que refutan a Correa. Entre ellos, la adenda rectificatoria al contrato de compraventa original de las acciones. Allí se modifica la forma de pago del 10% de las acciones con papeles. En definitiva —según explica el experto—la empresa se está pagando con los dividendos que genera su propia producción. El Grupo Gloria no hizo ninguna inversión como sostuvo Correa en su momento, aclara Buendía. O en términos criollos —dice— fue un regalo.
La denuncia de Jiménez llegó a la Fiscalía donde no prosperó. El informe de la Contraloría quedó en el olvido. El 30% de las acciones sigue en manos del fideicomiso. Plan V solicitó entrevistas a la CFN y con el directorio del fideicomiso, pero ningún pedido ha sido respondido. Lo que sí hubo son evasivas de los funcionarios. Jennifer Fernández, gerente de Comunicación de la CFN en Guayaquil, dijo que por el sigilo bancario no podían entregar información. Luego se retractó y aclaró que era por el sigilo bursátil. Después dijo que si Plan V quería una respuesta formal debía dirigir el pedido a la presidenta de la Junta del Fideicomiso, Doris Salazar, funcionaria del Banco Central (BCE). Salazar dijo que contestaría el correo con el pedido de entrevista, pero nunca lo hizo.
¿Qué pasó con los trabajadores? “Básicamente solo nos ilusionaron”, aseguran.
Una historia de huelgas
En 1977 se registró uno de los episodios más tristes de la historia nacional. Se trata de la matanza de Aztra ejecutada durante el triunvirato militar. Trabajadores azucareros fueron masacrados después de una huelga en reclamo de una mayor participación en las utilidades del Ingenio. Tres mil personas fueron desalojadas abruptamente por la Policía de las instalaciones y para ello les dieron tres minutos. El lugar estaba cerca de un acueducto con desechos de la misma hacienda. El tumulto fue reprimido y decenas murieron por las balas o por ahogamiento. El número de víctimas jamás fue determinado. Aztra fue el primer nombre del Ingenio Ecudos. Ahora se llama EQ2 y su nombre comercial es Coazúcar.
Los zafreros realizan uno de los oficios más fuertes en el campo y sus sueldos siempre han sido precarios. Foto: El Universo
La empresa ha sido parte de la vida de La Troncal, un cantón de Cañar. La población está ubicada en la zona costera de la provincia aledaña al cantón El Triunfo del Guayas. La agricultura y su ubicación en un eje vial que conecta tres provincias (Guayas, Cañar y El Oro) impulsaron su desarrollo. Básicamente es una población pegada a una extensa hacienda azucarera. El Monumento al Zafrero que fue colocado en conmemoración a la masacre de Aztra es su símbolo. La estatua representa a estos trabajadores con sus tradicionales herramientas: botas, machete y una hoz. Las instalaciones están rodeadas de interminables plantaciones de caña. En marzo pasado, cuando Plan V visitó La Troncal, el movimiento era menor. Este aumenta en la época de cosecha que arranca en junio. Al ingreso a la empresa hay un curioso rótulo que da la bienvenida “a la calle del polvo”. Con ironía, los moradores del sector dan las gracias al Ingenio y a las autoridades por las molestias que ocasiona el descuido de ese acceso.
Este letrero se ubica al ingreso de la empresa y evidencia la molestia de los vecinos.
El Ingenio ha pasado de manos privadas a estatales y viceversa. Antes de la masacre del Aztra había pasado al Estado tras una quiebra del anterior dueño privado. Luego fue comprado por el Grupo Isaías a una acreedora francesa, que crea una figura de filiales para eliminar el pasivo laboral. Cuando Correa incautó la empresa se encontraron con un ingenio agrupado en 11 empresas en la que sobresalía Ecudos o la nave nodriza como la llama el abogado Buendía.
Pero en ambos lados, privado y estatal, las huelgas han sido parte de la historia del Ingenio. En la última década dos fueron las más grandes. En 2010 los trabajadores pidieron el alza de salarios. Alrededor de 1.900 empleados reclamaron por recibir el sueldo básico de 240 dólares sin tomar en cuenta su experiencia y estudios. También solicitaron estabilidad laboral de 18 meses en un contrato colectivo y la destitución del gerente de la empresa por el maltrato de los trabajadores. Entre los hostigamientos que señalaron fueron las constantes multas por diversas reglas impuestas: no ir con el uniforme que correspondía o quedarse sentado. Pedro Delgado enfrentó esa primera huelga cuando la empresa estuvo bajo la administración del correísmo. El paro terminó cuando Delgado anunció que hubo un acuerdo para una mejora salarial y contratos por 12 meses. Pero a cinco dirigentes se les dictó una orden de prisión.
La siguiente protesta superó a la primera. Esta vez cuando el Grupo Gloria asumió la dirección de la empresa. En agosto de 2013 estalló la huelga que duró más de 20 días. Los trabajadores quemaron llantas y bloquearan el ingreso al Ingenio con tractores y remolques usados para transportar la caña de azúcar. Llegó la Policía que detuvo a tres personas y los trabajadores reportaron además 10 heridos, entre ellos mujeres.
En el Monumento al Zafrero. Extrabajadores denuncian haber sido despedidos. Aún reclaman sus liquidaciones.
Se unieron profesionales y obreros para reclamar por los salarios, la dotación de uniformes y la afiliación al Seguro Social para las personas que ingresaban a laborar en los seis meses que dura la zafra. “La gente estaba enfurecida”, dice Luis Farfán, analista químico y extrabajador de la empresa. Pero también apareció la molestia por la disminución de las utilidades. “Nosotros veíamos la producción. Según eso se pedía el bono de producción que recibían los trabajadores. Cuando llegó el Grupo Gloria quitó todos los beneficios”, sostiene Cagua quien tiene una discapacidad y fue auxiliar en recursos humanos.
Estid Olmedo laboró 15 zafras. Asegura que en utilidades pasó de 1.700 a 200 dólares. El mejor año fue la zabra de 2011 a 2012. Al siguiente año —narra— todo el mundo quería trabajar en Ecudos. Los zafreros estaban motivados y expectantes por las utilidades que hasta se endeudaron en electrodomésticos. La cosecha había sido muy buena hasta llegar a los 3 millones de sacos de azúcar. Pero para entonces el Ingenio había pasado al grupo peruano. La drástica caída de las utilidades se registró desde el primer año de esa administración, manifiesta Olmedo. Ahora los trabajadores sostienen que llevan dos años sin recibirlas. Plan V entrevistó a trabajadores —bajo la condición de anonimato— y extrabajadores en La Troncal. Ambos grupos se preguntan lo mismo: ¿si la producción y la venta es la misma por qué bajaron las utilidades?
Ricardo Noboa, abogado del Grupo Gloria en 2013, señaló que el pago de utilidades pendientes correspondía del 2004 al 2008, pero que estos rubros deben ser asumidos por el Estado ecuatoriano, a través del fideicomiso. Eso porque el consorcio Gloria recién había adquirido las acciones de la azucarera el 4 de octubre del 2012. Por ello, la deuda la asumió el Estado y en febrero de 2014, el Gobierno se comprometió a pagar 1,8 millones a los trabajadores.
Los trabajadores que aún están en la empresa mantienen los reclamos por los bajos sueldos y la falta de dotación de implementos. Un obrero que pidió mantener en reserva su nombre dijo: “Mi sueldo es poco, entre 80 a 85 dólares por semana. Ni la temporada de zafra recompensa. Es un trabajo peligroso, se han dado accidentes como cortaduras en los pies. Yo paso en el diésel, en la gasolina, no tengo nada de protección”. Otro compañero suyo, que lleva 19 años en la empresa, afirma que le han dado más responsabilidades, pero su sueldo es el mismo. Tuvo un accidente que afectó sus dedos. Pasó por varias casas de salud. “Ahora la empresa ya no cubre el 25% del subsidio por enfermedad, me dijeron que no es problema de ellos”.
Pero bajo el gobierno de Lenín Moreno también los azucareros han escuchado promesas. “El señor Ledesma vino a La Troncal y ofreció resolver las utilidades”, dijo otro jornalero. Se refiere al ministro de Trabajo, Raúl Ledesma, quien en marzo de 2018 visitó el Ingenio. Recibió un documento con los pedidos: mejores condiciones de trabajo, firma de contratos colectivos, salarios justos, formalización de contratos para acceder a una jubilación y bonificación justas. En la Asamblea, los trabajadores también fueron escuchados. Pero los zafreros no ven cambios.
Mientras tanto, un grupo de extrabajadores piden sus liquidaciones como Agueda y Farfán. O como Álvaro Navas, que fue estibador durante 18 años hasta el 2018. Dice que le quitaron las horas extras que le ayudaban a tener “un sueldo decente, sobre todo con las de fin de semana”. “Pero cuando había demasiado pedidos, la empresa quería obligar a los trabajadores que se queden más tiempo. Y pagaban cuando querían”, agrega Iván Zúñiga, exdirigente del sindicato y estibador de producto terminado.
Plan V intentó comunicarse con Coazúcar. Llamó a sus teléfonos fijos que siempre sonaron como ocupados. Por correo electrónico tampoco hubo respuesta. El 17 de abril, Pablo de la Vega, gerente de Coazúcar, dijo en una entrevista a JP Radio que la industria azucarera a escala mundial ha sido afectada por una sobreproducción lo que ha causado la baja de precios. “Eso genera que Colombia quiera meter su azúcar a nuestro mercado”. Dijo que el valor se ha reducido entre 10 y 15 dólares en relación a los años pasados y estimó en 30 millones de dólares los recursos que ha dejado de recibir la empresa. Sobre las utilidades, mencionó que se pagó a los trabajadores la deuda del 2013. Del 2014 y 2018 explicó que aún hay pendientes porque en los últimos dos años hubo esa caída de precios y que en ese periodo registraron pérdidas. Dijo que está abierto a comunicarse con los trabajadores. “La empresa y el grupo siempre actúa respetando las leyes, normas y la justicia”.