Xenofobia, racismo y sexismo contra las mujeres
Manuela Picq, académica franco-brasileña, fue detenida violentamente por la Policía Nacional, durante la noche del 13 de agosto del 2015. Fue arrastrada y golpeada en plena calle, junto a su compañero de lucha y de vida, Yaku Pérez Guartambel, entonces presidente de la Ecuarunari, la más grande y poderosa organización indígena del Ecuador, que agrupa a la nacionalidad kichwa. Pérez fue golpeado e ingresado en emergencia hospitalaria por sus heridas. Manuela Picq fue retenida y apresada en una cárcel temporal para migrantes indocumentados. Fue acusada de actividades políticas, violando la prohibición de hacerlas por ser extranjera y luego acusada de estado irregular migratorio.
Luego de un proceso judicial de carácter migratorio, fue expulsada del país a pesar de que la jueza determinó que el Estado ecuatoriano no podía expulsarla y que su estado migratorio era legal. Al encontrarse en un limbo jurídico, después de que su visa fuera revocada, la periodista prefirió abandonar el país por su seguridad.
Manuela Picq fue objeto de ataques directos del expresidente Rafael Correa y de una situación de violencia estatal al no considerarse su unión de hecho con un ciudadano ecuatoriano, lo cual la protegía. Estos ataques tuvieron algunos episodios. Correa, durante su Enlace Ciudadano No 440 del 5 de septiembre del 2015, aseguró que la revocatoria de la visa de Picq se dio porque ella agredió a policías durante las manifestaciones. Pero ni el Ministerio del Interior, ni en el parte policial, se mencionó que Picq haya actuado de manera violenta contra los uniformados.
Correa dijo que Picq nunca fue “indigenista” e insinuó que antes, cuando vivía en Miami, hasta tenía un novio “gringo”, en contraste con su pareja, el líder indígena Yaku Pérez Guartambel. En el caso de Manuela Picq, además de constatarse violaciones a la integridad física y emocional, violencia simbólica, hay sexismo, racismo y xenofobia.
Después de dos años y medio de trámites y pedidos a las autoridades para que le restablecieran su visa, la Cancillería le entregó finalmente el permiso el 22 de enero de 2018. Picq tuiteó a la entonces canciller María Fernanda Espinosa y esta le respondió que podía volver. Entonces tomó un avión desde Guatemala, donde se encontraba, y volvió al país para exigir que el ofrecimiento se haga realidad.
Durante el exilio, estuvo aplicando a la visa Mercosur, a la visa de amparo familiar, pidiendo al Registro Civil que reconozcan su matrimonio ancestral con Yaku Pérez.