Paola Pabón, Soledad Buendía y Gina Godoy

RESPALDOS

Este texto fue originalmente publicado en el libro No me toques, de Juan Carlos Calderón.

Violencia simbólica contra las mujeres

Por imposición directa del entonces presidente Rafael Correa, la Asamblea rechazó la posibilidad de despenalizar el aborto en caso de violación. Durante la discusión del Código Orgánico Integral Penal (COIP), la asambleísta del partido de gobierno, Paola Pabón, mocionó con el apoyo de 20 de sus colegas mujeres de Alianza País que se apruebe ese cambio legal.

Como respuesta, Correa amenazó con renunciar si la Asamblea aprobaba la propuesta y ordenó a su partido votar en contra y acusó de traidora a Pabón.  Ella y dos mujeres asambleístas del mismo partido, Soledad Buendía y Gina Godoy, que la secundaron públicamente, fueron sancionadas por el comité de disciplina de su partido a 30 días de silencio y Pabón fue obligada a retractarse públicamente y a retirar la moción, lo cual hizo en los siguientes términos:

Paola Pabón, intervención ante el Pleno de Asamblea Nacional, 15 de octubre del 2013

“El día de ayer, en mi exposición señalaba que abrir el debate en materia penal y posiblemente en otras áreas implica volver a poner los derechos de las mujeres sobre la mesa de discusión. Mi organización política es una organización producto de la sociedad ecuatoriana. Mi organización política es parte de la sociedad ecuatoriana, y lastimosamente no hemos podido procesar una mirada distinta; no hemos logrado que esa mirada patriarcal permita avances significativos, que posiblemente hoy con la revolución ciudadana las mujeres esperan.

Jamás —y posiblemente aquí hay algunos compañeros que han tomado generosamente la decisión de respaldar esta intervención—, jamás pensamos que el defender la vida de las mujeres, que el condenar las violaciones, que el restregarle a la sociedad ecuatoriana que en este país las mujeres son violadas y abortan, tener una reacción como esta. Yo quiero decirle a los cinco millones de ecuatorianos que apostaron por este proceso de revolución ciudadana, que nosotros no les vamos a fallar; este proceso continua. Y quiero decirles desde este micrófono: compañero, porque no hemos traicionado a la revolución ciudadana.  

Quiero decirle desde este micrófono, con la misma valentía con la cual ayer defendimos a las mujeres, más de veinte compañeros de esta bancada, decirte compañero Rafael Correa que aquí no están los traidores; los traidores son los que están fuera de esta ciudad; los traidores son los que abusando de una relación de parentesco, de una relación cercana, le fallaron a esta revolución. Aquí no están los traidores, compañero presidente.

Los traidores son los que no quisieron jugarse por una transformación profunda de la justicia en el país. Aquí estamos los que decidimos apoyar al Yasuní, aquí estamos los que apoyamos la Ley de Comunicación, aquí estamos los que apoyamos la consulta del siete de mayo, aquí estamos los que nos jugamos el 30 de septiembre; y este mensaje es para los cinco millones de ecuatorianos que creen en tu liderazgo, presidente.

Este, un mensaje fuerte y profundo, pero desde la revolución ciudadana. De aquí nadie nos saca. Nosotros somos la revolución ciudadana, nosotros somos la nueva generación de la revolución ciudadana. No somos la izquierda infantil, nosotros somos los que defendemos los derechos de las mujeres, los que defendemos el matrimonio igualitario, los que creemos en los derechos de la naturaleza. Esa izquierda, presidente, está contigo en la revolución ciudadana. Y esta decisión, compañeros y compañeras, no es por una reacción —que la digo con cariño— sin procesarla, esta es una decisión por los cinco millones de ecuatorianos que creen en la revolución ciudadana; no nos vamos a partir.

No les vamos a dar la posibilidad de que esto debilite este proceso que ha devuelto la esperanza a los ecuatorianos y ecuatorianas. Yo quiero decirte, y decirle a la gente, que los traidores no son los que han tenido la tesis de defender a las mujeres. O acaso se olvida que Marisol Peñafiel defendió el 30 de septiembre hasta con su vida, y hoy porque plantea la tesis de la defensa de las mujeres violentadas es una traidora.

No compañero presidente. Con el inmenso cariño que te tenemos decimos que esta vez te estás equivocando, pero por la unidad de esta bancada, por la unidad de mis cien compañeros asambleístas —y esto les digo a cada uno de ustedes— retiro la moción para que este bloque no tenga la posibilidad de evidenciar una ruptura. Posiblemente no me lastimen los abucheos de la oposición, me lastima haber decepcionado a compañeros y compañeras que tienen el legítimo derecho de reclamar de esta Asamblea una posición distinta. Lo hago con firmeza, con la valentía y la coherencia que han representado diecisiete años de lucha política.

Posiblemente la gente diga que me he equivocado, y yo quiero para finalizar decirles a ustedes, compañeros del Movimiento PAIS, me equivoqué. Y recojo la frase de un gran amigo mío, Tomás Borge; él me decía: si esto es lo posible, si esto es lo que va a cambiar a los ecuatorianos, hay que estar ahí. Y nosotros estamos en la revolución ciudadana, por lo tanto retiro la moción”.

Un discurso que supo a traición

Pabón abjuró de sus principios por, lo dijo claramente, mantenerse en el partido; o sea, por su conveniencia política. Las organizaciones feministas se consideraron traicionadas por el movimiento oficialista, y decepcionadas porque estas mujeres que por lustros habían defendido los derechos de las mujeres, bajaron tan fácilmente la cabeza ante el poder patriarcal que más que nunca representaba el gobierno de Rafael Correa.

Esto porque un día antes, en una también dramática intervención en la Asamblea, ella planteó ingresar en el debate la despenalización del aborto:

“No podemos tomar decisiones desde el patriarcado, desde el adulto centrismo y desde el machismo. Esta Asamblea que por primera vez tiene el cuarenta por ciento de mujeres parlamentarias, que por primera vez tiene cuatro mujeres de los siete miembros de la mesa directiva no puede aprobar una norma penal dando la espalda a la realidad de las mujeres.

Por eso hemos insistido en los temas de violencia contra la mujer, hemos insistido en la necesidad de la tipificación del femicidio y hemos insistido en la necesidad de revisar la legislación respecto de la interrupción del embarazo. Yo quiero recordarles lo que plantea nuestra Constitución, que habla de la progresividad de derechos y, alguien señalaba, setenta años ha tenido que esperar el Ecuador para reformar este Código Penal. Yo pregunto y pregunto a ustedes, y pregunto a los hombres y mujeres que me están escuchando ¿cuántos años más vamos a tener que esperar las mujeres para que esta legislación se conduela de nuestra realidad? Nos guste o no nos guste, cada hora las mujeres son abusadas en este país. Cada hora en este país se producen cuatro abortos.

La encuesta realizada por el INEC nos dice que seis de cada diez mujeres han sido violentadas. No lo dicen las asambleístas del grupo parlamentario por los derechos de las mujeres, no lo dicen las representantes de los movimientos feministas, lo dice la encuesta de este gobierno nacional que por primera vez decidió enfrentar el tema de la violencia con una encuesta que tiene muestra nacional.

Si cuatro de cada diez mujeres son violentadas, y si el cincuenta por ciento de los ecuatorianos son mujeres, por qué queremos esconder bajo el texto de violencia intrafamiliar la realidad de las mujeres. Nosotros esperamos la sensibilidad de  nuestros compañero de la Comisión de Justicia. ¿Queremos violencia patrimonial? ¿Queremos violencia sexual? ¿Queremos determinar que el sujeto en la violencia intrafamiliar es principalmente la mujer?

No vamos a decir a las mujeres ecuatorianas que esta Asamblea no tuvo la valentía de poner el dedo en la llaga y de hablar de la violencia contra la mujer. Hace nueve meses el país se espeluznó con el fallecimiento de Karina del Pozo. Y qué bueno que hoy estemos tipificando femicidio, pero no queremos más muertes. Queremos que la tipificación de la violencia contra la mujer ayude a evitar esas muertes, que ayude a evitar sanciones de femicidio (sic). Por eso el tema de la violencia contra la mujer no es un tema menor, es un tema trascendental.

Yo quiero, para finalizar, abordar el artículo 150. Este artículo es absolutamente peligroso, estamos sancionando a los profesionales en todos los casos que se realice interrupción del embarazo, ¿y qué pasa con el artículo que establece cuáles son las interrupciones del embarazo que no son punibles? Este artículo es gravísimo. Por eso pedimos al compañero Mauro Andino (presidente de la Comisión de Justicia) la supresión de este artículo o la incorporación de los casos de aborto no punible, porque necesitamos marcar esa diferencia. En el tema de la interrupción del embarazo, lo que ha pasado hoy en la Asamblea es la muestra de que la sociedad ecuatoriana está cambiando.

Nunca antes en este recinto se han escuchado tantas intervenciones a favor de la interrupción del embarazo, a favor de la posibilidad de que las mujeres podamos decidir sobre nuestro cuerpo; a favor de la posibilidad de defender la vida de las mujeres. Porque aquí no estamos sino defendiendo la vida con dignidad de las mujeres; les digo, nos gustaría avanzar mucho más, nos gustaría pensar en una sociedad en donde el estado no intervenga en la decisión de las mujeres. Nos gustaría pensar en un Estado que no le quiera echar mano al cuerpo de las mujeres. Nos gustaría pensar en una sociedad que no politice el embrión ni politice el feto, sino que defienda la vida de las mujeres, la vida digna de las mujeres.

Sin embargo, frente al informe para el primer debate nosotros solicitamos formalmente, que se pueda recoger el texto inicial del informe para el primer debate, porque les quiero decir, como dice Ivón de Guevara: las mujeres no abortan solas, hay una sociedad que no tiene condiciones para dar salud, empleo y escuela, esa es una sociedad abortiva; una sociedad que nos obliga a escoger entre permanecer en el trabajo o interrumpir el embarazo; en una sociedad abortiva que continúa permitiendo que se realicen pruebas de embarazo antes de dar trabajo a las mujeres.

Esta es una sociedad abortiva que silencia todo, culpabiliza a las mujeres, no respeta nuestros cuerpos, no respeta nuestra historia; esta sociedad excluyente y sexista hoy tiene que acabar en esta Asamblea. Me permito a nombre de varios compañeros, y me incluyo en esto, plantear una moción previa basándome en el artículo 136 numeral uno; me permito dar lectura: las mociones previas suspenderán el debate hasta que haya un pronunciamiento sobre ellas.

Propongo la siguiente moción previa: exceptuar de la votación del libro preliminar, que contiene cinco títulos y el libro primero que trata sobre la infracción penal que contiene cuatro títulos, el artículo 149  (del COIP) sobre el aborto no punible, para que en este momento sea votado de manera individual en el siguiente texto, acogiéndonos a las palabras de varios compañeros asambleístas; este no es un tema de mayorías, no es un tema de minorías, no es una tema de banderas políticas, este es un tema de conciencia, este es un tema de fuero propio, compañeros. Planteamos, en base a la objeción de conciencia que reconoce la Constitución en el artículo 66 numeral 12, que se nos permita realizar por separado, este momento, la votación del artículo 149”.

Después de esta intervención, abjuración y castigo correspondiente, ninguna asambleísta de Alianza País volvió a mencionar públicamente el tema del aborto en el Ecuador.